domingo, 19 de diciembre de 2010

A veces yo también quiero ser feliz. Cierro fuerte los ojos, pero fuerte, y empiezan a aparecer los puntitos luminosos que vienen desde el infinito. Se acercan y cuando están a punto de tocarme me esquivan y se van. Si me concentro lo suficiente en alguno lo puedo retener un poco; lo persigo sin mirarlo directamente, con disimulo, para que no huya. Cada puntito luminoso tiene un nombre aunque varios se llaman Nomeacuerdo.
El oculista dice que veo los puntitos esos por la presión ocular y que no tengo que preocuparme pero yo creo que él no ve bien las realidades.

1 comentario:

eugenesia dijo...

http://es.scribd.com/doc/11550733/Matilda-PDF :)