domingo, 28 de julio de 2013

De por qué me caen más simpáticos los francotiradores que los fotógrafos de recitales.

Por empezar, y para establecer el ánimo con el que les escribo estas palabras, estimados fotógrafos, les comento que me parece un tanto de mal gusto eso de encaramarse al escenario obstaculizando la visión del público, como si formaran parte del show que vinimos a ver. Si tienen necesidad de protagonizar algún espectáculo, ¡adelante! Lo iría a ver con todo gusto, quizás sería una experiencia interesante ver a un montón de fotógrafos sacándose fotos los unos a los otros en una orgía de flashes. En cambio en un recital ajeno, el que estén gatillando sin parar resulta como mínimo una interferencia entre los espectadores y el objeto de nuestra expectación. ¿Es necesario sacar mil trescientas cuarenta y ocho fotos en un show de una hora? Si lo que pretenden es registrar CADA momento a lo mejor es más conveniente filmarlo.
Otro asunto es el de las mochilas. Esas mochilas gigantes que llevan adheridas a sus espaldas y de las que no parecen tener conciencia, ya que se mueven para todos lados chocando impunemente al resto de las personas como si fuéramos cosas que no merecen ni que les pidan permiso ni que les pidan disculpas por empujarlas con todo ímpetu.
Concretamente y para terminar de despacharme, les pido que sean bien educados y que afinen la puntería.

miércoles, 3 de abril de 2013

viernes, 25 de enero de 2013

Mejor que Infotrans

Mi mamá (Blanca) me informa y me entretiene a toda hora por mensaje de texto.

"Tengan cuidado si ven maripsas negras a la noche. Son gatas peludas adultas"

De: Blanca
VIE 20:09
25-ENE-13

viernes, 18 de enero de 2013

Viernes 18 de enero de 2013

Despertarse temprano, desayunar en el hotel, armar las valijas, esperar que sea la hora de salir al aeropuerto, volver a Buenos Aires.

Jueves 17 de enero de 2013

Hoy me quedé más dormida que ayer y terminé de vestirme como a las 10:20, ya no podía ir a desayunar porque el desayuno se sirve hasta las 10. Como ellos me estaban esperando tampoco desayunaron en el hotel. Mamá quería ir a un bar que se llama Café del Pueblo a desayunar, papá dijo que fuéramos caminando, mamá dijo que mejor en el auto. Fuimos en el auto después de que un empleado hiciera veinticuatro maniobras para sacarlo del hueco en donde lo habían metido, y claro, cuando llegamos no había lugar para estacionar en ningún lado así que empezamos a dar vueltas y ellos a discutir, que te dije de ir caminando, que para qué querés ir ahí, que al final la culpa de todo siempre la tengo yo, que me quiero volver a casa, y así, total que terminamos como a 15 km del centro en una especie de heladería-café que se llama Dolce Rama, tomando un café con leche con cara de amargados mientras yo les decía que bueno, que ya estaba, que ya pasó.
Después hicimos un tour parando en todos los locales de artesanías por la ruta. A mamá le gustó mucho en donde hacían cositas de porcelana muy lindas y le compré una cucharita con una flor de por acá pintada a mano por la misma señora que me la vendió.
Nos desviamos 2 km de la ruta para visitar a la Virgen de las Nieves que es una imagen en lo alto de una roca y para verla de cerca hay que subir una escalera. Está lleno de placas que dicen "Gracias Virgencita por tal cosa" y "Gracias por tal otra" y una que dice "Gracias PAMI y hospital zonal".
Pasado el mediodía fuimos a almorzar, y después del almuerzo mamá y yo paseamos por ahí mientras papá dormía o miraba la tele en el hotel.
A las seis y media salimos para lo de Paula y llevamos masitas de Mamushka que son riquísimas. Paula nos esperaba con mate y sandwichs o sanguchitos de miga que había preparado con Matilda. Matilda no estaba de tan buen humor como el otro día pero después se le pasó y jugamos un poco.
Nos fuimos como a las 23 y Matilda ya se había dormido.
En el hotel se suponía que iba a ordenar mis cosas y todo pero me quedé dormida.
Se terminó el viaje, mañana nos volvemos a Buenos Aires.

jueves, 17 de enero de 2013

Miércoles 16 de enero de 2013

Hoy me quedé dormida. Fui a desayunar como a las 9:30 y ya no había ni vasos para servirme agua.
Salimos con el auto y fuimos a Colonia Suiza. También estaba lleno de gente, está lleno de gente en todos lados. Ahí cuando llegamos tomamos un té porque yo no me sentía muy bien y quería tomar un té, pero ellos tomaron café. Después paseamos por ahí, hay una feria artesanal y aparte por todos lados hay puestitos de gente que vende cosas. Yo compré dos jaboncitos y un pajarito con imán que mueve la cola.
Seguimos paseando con el auto para el lado del Llao Llao, nos sacamos una foto en un mirador y después almorzamos un tostado, un té y unos licuados en un barcito que tenía una vista hermosa sobre el lago Nahuel Huapi si no me equivoco, la verdad es que nunca sé qué lago es el que veo porque total son todos celestes y están igual de llenos de agua.
Volvimos al hotel y yo dormí y dormí no sé hasta qué hora y ellos pasearon. Más tarde salimos con el auto otra vez y fuimos a cenar a Puerto Blest.
A las 23 regresamos al centro y buscamos algún café o bar para tomar un café pero estaban cerrados todos los que veíamos. Compramos unos alfajores en Rapa Nui y después encontramos un café en un hotel. Entramos y atrás nuestro cerraron la puerta con llave porque ya estaban cerrando. Tomamos un café y mamá pidió una porción de cheese cake que era muy rica.
Antes de volver al hotel compré agua en un kiosco y después me fui a dormir con el Abierto de Australia de fondo en la tele.

miércoles, 16 de enero de 2013

Martes 15 de enero de 2013

Nos levantamos, desayunamos, pagamos y nos fuimos. Antes de salir del Bolsón me saqué una foto con mamá al lado del cartel que dice "Plaza Pagano - El Bolsón" y que está en la plaza Pagano. En la ruta nos cruzamos con un montón de vehículos que van para el lado del Bolsón. Papá dice que siempre vamos al revés, para el lado contrario de la mayoría.
Llegamos a Bariloche, nos instalamos en el hotel Kilton y salimos a caminar por el centro. Fuimos a almorzar al restaurante Familia Weiss y después papá se volvió al hotel y mamá y yo paseamos por el centro y compramos alguna cosita: en del Turista compramos unos dulces para regalar, y en la librería Cultura me compré el libro El afinador de pianos de Daniel Mason. Durante el almuerzo habló mamá con Mariano y quedaron en que íbamos a ir a verlos. Un ratito de descanso en el hotel y salimos rumbo a lo de Paula, Mariano y Matilda. Antes pasamos por el supermercado para llevar ingredientes para hacerme una ensalada (porque Paula dijo que iba a hacer pizza y yo prefiero no comer pizza) y un poco de queso, y coca light.
Por supuesto nos perdimos en el camino y tuvimos que llamar a Paula para que nos guiara para llegar a su casa, y ni siquiera así encontrábamos el rumbo hasta que por fin doblando una esquina la vimos haciendo señar en medio de la calle.
Llegamos y conocimos a Matilda que nos estaba esperando en brazos de Mariano. Mamá le había llevado unos regalitos que le gustaron. Conocimos la parte nueva de la casa y yo me la pasé jugando con Matilda mientras los grandes hablaban de sus cosas.
Nos fuimos como a la una de la mañana creo, al hotel a descansar.

Lunes 14 de enero de 2013

Nos levantamos, fuimos a desayunar y apareció el dueño del hotel con otros dos serñores, se sentaron ahí y pidieron un café cada uno que les hicieron en la máquina de café express que hay ahí y que a nosotros nos dijeron que no funcionaba. De golpe todos los empleados trabajaban y hacían todo rápido e iban de acá para allá.
Salimos rumbo a Puerto Patriada pero antes pasamos por lo de Guajardo y compramos jamón y queso que nos cortó la empleada torpe, y agua. Y llevamos mate.
Llegamos y vimos un cartelito que dice que cobran $25 por persona para pasar el día. Nos instalamos ahí, ocupamos una mesita e hicimos uso de las instalaciones sanitarias. Estábamos muy cerquita del lago que no sé el nombre, a unos metros nomás. Cada tanto un tero nos miraba y nos cacareaba, o ladraba, o lo que sea que hagan los teros. También aparecieron unos caballos que fueron a tomar agüita y a bañarse y algunos chapoteaban. Al ratito de estar ahí vinieron un hombre y una mujer y estacionaron su auto justo al lado del nuestro y pretendían quitarnos nuestro lugar de pasto con sombra que habíamos adquirido por derecho al llegar antes que ellos. Yo me instalé a leer con mi lonita pero estaban muy cerca y me molestaban con su conversación. El hombre decía una pavada atrás de la otra. Cuando lo escuché preguntarle a la mujer "¿Cuántos años vive un tero?", no soporté más y me fui a la mesita. Después del mate y el jamón y queso, y un jugo que también habíamos llevado, empezó a hacer mucho calor y decidimos irnos y justo apareció uno que nos quería cobrar pero papá le dijo que nos íbamos porque nos molestaba la música de unos que se habían instalado ahí como a cien metros y tenían la radio prendida a todo volumen con una musica espantosa, unos maleducados. De ahí nos fuimos a Lago Puelo  y dimos una vueltita y después entramos en un café que sellama El Café y tomamos unos jugos de frutilla y frambuesa con naranja, y después un café con torta de frutillas. Todo estaba muy rico. Nos volvimos al Bolsón y descansamos un rato en el hotel. Hacía mucho calor y el sol molestaba demasiado.
Un rato más tarde salí con mamá que iba a saludar a otra conocida que trabaja en la farmacia y aproveché para pesarme otra vez y ahí me dijeron que la balanza pesa 2 kg de menos. De ahí me fui a un ciber a a actualizar mi blog con mi diario de viaje, y volví al hotel. A pesar de haber usado protector solar FPS50 tengo la espalda colorada y un poquito los hombros también. Hacía mucho mucho muchísimo calor en todos lados.
A eso de las 20 salimos en el auto aprovechando que tiene aire acondicionado, y dimos unas vueltas. Con mamá entramos en una librería y me compré un librito de Boris Vian porque el de Murakami lo terminé hoy en el baño y ya no tenía nada para leer, y no encontré ninguna otra cosa interesante en la librería. Compramos más agua y dimos más vueltas.
Para cenar elegimos el restaurante Opíparo, más que nada porque aceptan tarjetas de crédito y débito y casi en ningún otro lado aceptan tarjetas, sólo efectivo, y los cajeros están siempre atestados de gente haciendo cola para sacar dinero.
Después de cenar volvimos al hotel y ordené todas mis cosas porque mañana nos vamos a Bariloche.

lunes, 14 de enero de 2013

Domingo 13 de enero de 2013

Me desperté a las 7.30, me bañé y salí a caminar pero volví casi enseguida para desayunar con mamá y papá. Después de la discusión familiar matutina decidimos ir para el lado de Mallín Ahogado, a la Cascada Escondida. No había nadie cuando llegamos. Ahí hay que pagar $6 para entrar si uno es mayor, pero los niños y jubilados no pagan. Llegamos hasta la cascada escondida por un senderito rodeado de árboles, rosas mosquetas, amancay, manzanilla, nalca y demás vegetación autóctona. Estuvimos un ratito ahí contemplando el salto de agua y continuamos el circuito hacia la salida. Cuando nos fuimos había como diez vehículos en el estacionamiento y seguían llegando.
Volvimos al centro y me dejaron en la Feria Artesanal mientras ellos iban a lo de Yoli que es una conocida de acá que querían saludar.
Los días oficiales de la feria son los martes, jueves y sábados, y los domingos son "libres"; los puesteros oficiales no están obligados a ir y puede ir cualquier artesano no autorizado los demás días a vender lo que hace, por eso había algunos que ayer no estaban y otros que no estaban hoy. Compré un títere de goma espuma que es un ciempiés o un gusano o una oruga. El vendedor me dio su tarjeta y me dijo que si necesitaba cualquier tipo de títere él me lo hacía y me lo mandaba a Buenos Aires, como si lo suyo fuera una ciencia única y allá no se consiguieran. Igual le dije "muchas gracias" cortesmente.
Más tarde nos encontramos todos en una estación de servicio y fuimos a almorzar al restaurante A Punto. Me dijeron que no encontraron a Yoli y que van a ir a verla más tarde. En A punto los platos son gigantescos y ninguno de los tres pudo terminar el suyo. Antes de entrar ahí papá estacionó el auto enfrente, en la puerta de otro restaurante porque había un poco de sombra en la calle, y salió una señora del restaurante que le gritó a una vecina "¡Yo creía que la sombra de mi nogal era para mis clientes pero viene cualquiera, estaciona y se van a otro lado!". Papá se rió y le dijo "No se preocupe que a la noche venimos" pero es mentira porque para la noche habían hecho una reserva en otro lado, para ir a cenar con Lucila que es otra amiga de ellos de acá.
A la tarde tomé unos mates con mamá y después ellos se fueron a lo de Yoli y a misa.
A las 21 nos encontrábamos en el restaurante Pasiones Argentinas pero ellos llegaron un poco más tarde. La comida estuvo bien pero la atención dejaba mucho que desear. A los veinte minutos de haber pedido la cuenta vino un mozo con un vuelto y papá le dijo que si quería se lo llevaba pero que no le correspondía. Al final vino un mozo con la factura que detallaba todo lo que habíamos consumido de la siguiente manera: "4 cenas".
Cuando salimos buscamos algún bar para tomar un café pero todos los restaurantes estaban llenos llenos de gente y no encontramos ningún lugar lindo abierto. Compramos agua y volvimos al hotel a dormir.

Sábado 12 de enero de 2013

Nos levantamos y desayunamos acá en el Kilton Hotel. Papá dice que seguro en algún lado está el Cheraton. Antes de irnos reservamos dos habitaciones para el martes, miércoles y jueves de la semana que viene.
Salimos para el Bolsón. En el camino vimos muchos autos y también camiones y micros.
Cuando llegamos al Bolsón preguntamos en el puesto de inforamción turística si había alguna cabaña para quedarnos desde hoy hasta el martes pero resulta que como somos espontáneos y venimos así sin reservar nos quedamos sin cabaña porque están todas ocupadas. Entonces preguntamos si no había algún apart hotel y resultó que tampoco. Entonces fuimos por nuestra cuenta al Comarca Hotel y ahí quedaban dos habitaciones que se comunican entre sí y ahí nos quedamos, en las habitaciones 209 y 210. Nos acomodamos un poco y fuimos caminando a la feria artesanal. En el camino entré a una farmacia a pesarme pero debe andar mal la balanza porque el día antes de viajar (hace diez días) pesaba 64,5 kg sin ropa y y ahí en esa balanza y vestida pesaba 60,2 kg. Mamá y papá dicen que es porque como muy poco y me la paso tomando agua.
En la feria hay más o menos lo mismo de siempre. Los alfajores de El Bolsonero que son los más ricos del mundo, salen $7 y $8 los chicos y los grandes respectivamente y las docenas $75 y $85. Están los tejedores, los que hacen cositas de madera, los que venden comida (está el señor que vende empanadas armenias, comí una de carne y una verdura), está Juan Carlos el amig que se hicieron ellos cuando vivían acá y que hace y vende cosas de cuero, está la esposa de Fabrice Nicolin que es el señor que le enseñó a papá a hacer vitrales, está la señora que hace jabones, los que venden títeres y muñecos tallados en goma espuma, los que hacen instrumentos musicales, los de ropa, los de anillos y pulseritas, y también están todos los demás. Como siempre en esta época estaba lleno de gente y apenas se podía caminar.
Salimos de la feria y nos sentamos a tomar algo en la panadería-confitería La Nona. Yo aproveché que me dijeron que como poco y pedí un licuado de banana con leche, un sandwich de jamón crudo y queso y después un cortado con una porción de torta que compartimos entre los tres y que se parece eal lemon pie pero no es.
Volviendo al hotel entramos en la iglesia y papá me mostró el vitral que hizo él y que pusieron ahí y que dice "Donde haya odio que yo dé amor" y "Paz y bien" y tiene pintado a San Francisco que es el auto de esas frases y creo que así se llama la iglesia.
Al costado de la iglesia hay un cartel que dice LIBRERÍA pero estaba cerrada y una señora se quejó y dijo que dios no se tomaba vacaciones, que debería estar abierto. Yo casi le digo que dios no atiende en la librería sino al lado, en la iglesia.
Después pasamos por La Anónima que es un supermercado y compramos agua y dos artículos de higiene personal, y volvimos al hotel al rayo del sol. Yo no traje ni protector solar ni sombrero, espero no insolarme. Mientras paseábamos y todo eso que conté, mamá hizo una cita para hoy a las 19 en la casa de unos ex vecinos de ellos, Miguel y Ana.
En el hotel mamá y yo tomamos mate en mi habitación y me comí una manzana verde que me había robado en el desayuno, mientras papá dormía y después se despertó y empezó a hacer ruidos raros y a hablar solo para llamar nuestra atención pero mamá y yo nos reíamos de lo que decía y no le hicimos caso.
Cuando papá por fin se dignó a dar por terminada su siesta salimos rumbo a lo de Miguel y Ana pero antes pasamos por lo de Guajardo que es un supermercado y carnicería y fiambrería, y compramos algo de jamón y queso y esas cosas para llevar. Resulta que nos atendió la empleada más nueva que creo que había empezado a trabajar hacía cinco o diez minutos. No encontraba los precios de las cosas, no sabía cortar un pedazo de queso, los demás no la ayudaban y ella daba vueltas con el fiambre en la mano con cara de "¿y ahora qué hago?". Al final pudimos irnos y llegamos a eso de las ocho creo o más tarde o era más temprano, no sé, no me acuerdo. Pasamos una agradable velada y nos enteramos de las últimas novedades y de algunas antigüedades.
Volvimos al hotel y con mamá fuimos a tomar otro café (ya habíamos tomado uno muy rico, a la turca, hecho por Ana) en Jauja pero papá no quiso venir porque dijo que había tomado mucho vino en la cena y se acostó.

Viernes 11 de enero de 2013

Nos levantamos, desayunamos y salimos rumbo a Cachao en donde tomamos la balsa o ferry, no sé cómo le dicen acá, para cruzar el canal y dejar Chiloé. En el camino escuchamos los CDs que compré con grandes éxitos como "Qué lindo es Castro", la ya nombrada "¿Onde va la lancha?", "Corazón de escarcha", que cuenta la historia de un simple peón que osó enarmorarse de la hija del patrón y por eso el patrón lo despidió, y otros hits.
En ese viaje en barquito quise comprar un café pero cuando por fin me atendieron ya estábamos llegando. Igual lo compré por capricho.
Después nos la pasamos en la ruta. En los pasos fronterizos demoramos 15 minutos del lado chileno para hacer los trámites de migraciones y aduana pero del lado argentino había una cantidad de gente impresionante. Un gendarme se paró al lado nuestro mientras hacíamos la cola y mirándonos alternativamente a nosotros y a la cola interminable  nos dijo "Hay que reírse, porque si no...", pero la verdad es que mi muchas ganas de reirme no me daban. Estuvimos un poco más de una hora hasta que pudimos salir. El empleado de la AFIP encargado de controlar lo que ingresábamos al país abrió el baúl, vio las dos valijas cerradas y dijo "Listo" y nos fuimos, después de una hora más o menos de haber llegado ahí.
Papá siguió manejando, parando apenas en algunas estaciones de servicio para ir al baño, o comprar agua o café. En total manejó como trece horas seguidas. Llegamos a Bariloche, cenamos en Don Molina en donde pedí pollo a la parrilla y ensalada de lechuga y tomate. Aparentemente al chef le pareció que le faltaban proteínas a mi ensalada y se las agregó en forma de mosca, pero como no me agradó pedí que la cambiaran.
Después de cenar buscamos un hotel que tuviera habitaciones disponibles y estacionamiento. No fue fácil pero lo conseguimos. Este hotel dice que tiene dos estrellas pero está bastante bien, eh. Mañana después de desayunar nos vamos al Bolsón en donde vamos a estar un par de días porque mamá quiere saludar a sus ex vecinos y dice que un solo día no le alcanza.

Jueves 10 de enero de 2013

Nos levantamos como a las ocho y desayunamos. Yo sali a caminar por el sendero peatonal hasta el puente Gamboa en donde hay hombres trabajando que me miraban de arriba a abajo cuando pasé así que yo también los miré de arriba a abajo y les dije "Buen día", y no tuvieron más remedio que decir "Buen día" ellos también y seguir trabajando. Ahí apenas cruzando el puente están los palafitos Gamboa que son muy pintorescos. Hay un café, un restaurante, dos o tres artesanos, un apart hotel y el resto son casas de gente común nomás. Volví a cruzar el puente Gamboa saludando a todos a mi paso pero no volví por el mismo sendero sino por una calle en subida que tiene muy linda vista de Castro. Menos mal que no tenía la cámara de fotos porque hubiera tenido que detenerme cada dos pasos para sacar fotos. Ahí arriba había una placita con un cartel "MIRADOR" y bancos para sentarse, y gente tomando mate. Menos mal que tampoco tenía el mate porque hubiera perdido mucho tiempo ahí disfrutando de la vista.
Dí unas vueltas por el centro y entré en la catedral que aunque por fuera la pintaron tan horrible por dentro está hermosa. Es toda de madera, y es Patrimonio de la Humanidad. Lástima las luces de navidad que un poco arruinaban la atmósfera. Ahí al lado de la catedral hay un paseo artesanal y me encontré con mamá y papá que estaban mirando todo. Compré unos libritos, uno con la historia de Chiloé y sus personajes mitológicos como la Fiura, la Pincoya, el Invunche, el Trauco y demás. Otro librito es un cancionero con algunas canciones como por ejemplo "El gorro de lana" y "¿Onde va la lancha?". Después ellos se volvieron porque tenian mucho calor y yo quise comprar unas postales en una librería pero me dijeron que ahí en el centro no iba a ocnseguir, que sólo en el puerto, así que me fui al puerto, paseé por el Mercado Artesanal y compré tres postales. De ahí me fui al correo y como en los viejos tiempos hice media hora de cola para mandar una postal que me dijeron que tardaba un mes en llegar a Buenos Aires.
Volví al hotel y tuve que pedir una toalla porque acá limpian y ordenan las habitaciones en cuotas, primero hacen la cama y después si tienen tiempo hacen lo demás.
Almorzamos en el restaurante del hotel, yo pedí un caldillo de congrio que estaba muy rico pero tardaban mucho tiempo para todo. De 16 a 18:30 me dormí una regia siesta y más tarde salimos a dar unas vueltas en el auto. Pasamos por el Mercado Artesanal porque ellos no habían ido. Más tarde buscamos y encontramos las cabañas en donde estuvimos alojados en el 2007 pero estaban algo diferentes y yo no reconocí nada aunque en realidad no me acuerdo cómo eran asi que a lo mejor estaban iguales. Seguimos dando vueltas y yo les dije que fuéramos hasta los palafitos Gamboa y ahí en el café de los palafitos que se llama Café del Puente tomamos una merienda. A eso de las 21 (me acuerdo porque la mujer que nos atendió nos dijo como seis veces que cerraban a las 21) fuimos por la ruta 5 más al sur y pasamos de largo por Nercón en donde hay una iglesia que es patrimonio de la humanidad y también pasamos de largo por Vilupulli en donde hay otra iglesia que es patrimonio de la humanidad y llegamos a Chonchi en donde hay... ¡otra iglesia patrimonio de la humanidad! Ahí paramos y sacamos una foto pero como era tarde la iglesia estaba cerrada. En la foto salieron unos pobladores que estaban ahí sentados tomando el fresco. De Chonchi nos volvimos al hotel y un rato después fuimos a cenar a Rapa Nui que queda ahí a la vuelta y de golpe se cortó la luz pero una térmica que saló (o algo así, yo de cosas eléctricas no sé nada) y enseguida dieron la luz de vuelta y terminamos de cenar tranquilamente.
De vuelta en el hotel hay que ordenar todo porque mañana emprendemos el regreso a nuestro país.

jueves, 10 de enero de 2013

Miércoles 9 de enero de 2013

Nos levantamos y fuimos a desayunar a las 8:30. Antes de poder irnos tuve que esperar que ellos dieran vueltas y vueltas porque no habían terminado de ordenar sus cositas y daban vueltas en círculos preguntándose el uno al otro que dónde guardaban esto y que dónde habían guardado aquello y se ponían nerviosos. Hicimos el check out y salimos.
Por supuesto que no salimos directamente a la ruta 5, tuvimos que dar vueltas e incuso preguntar para dónnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnde es la ruta 5. Llegamos a Pargua como a las 11:15 y esperamos unos minutos en la cola para tomar el transbordador a la isla de Chiloé. El viaje dura unos treinta minutos. Llegamos a Chacao y seguimos por la ruta 5 a Ancud. Paramos en el puesto de información turística pro creo que acá en esos puestos piden información ya que mapas no tienen, de hoteles no saben y no nos informaron absolutamente nada. Había folletos, eso sí. Mamá agarró uno e cada uno y elegimos el Hotel Boutique Faros del Sur que se veía hermoso en las fotos. La señora que nos atendió dijo que había habitación pero si queríamos quedarnos dos noches teníamos que cambiar de habitación. Quisimos ver las habitaciones y mamá y papá pusieron su famosa cara de "qué lugar horrible indigno de nosotros" y le dijeron a la señora: "Después volvemos, eh".
Dimos vueltas por ahí y encontramos un restaurante que se llama La Pincoya y paramos ahí a almorzar. La Pincoya es uno de los seres de la mitología chilota, es la reina de los mares y la responsable de que haya o no buena pesca, depende si baila mirando al mar o mirando a la playa, mientras canta su marido el Pincoy. Comimos abundantemente y nos fuimos a sacar unas fotos en el Fuerte San Antonio en donde hay dos cañones oxidados, un galponcito y un cartel explicativo. Como no nos gustó mucho Ancud nos fuimos directamente para Castro, que es la capital de Chiloé, por la ruta 5. Del viaje no les puedo contar nada porque mayormente dormí.
En Castro dimos vueltas y pasamos por la plaza y vimos la iglesia... la última vez que estuvimos por acá, en el 2007, estaba pintada de marrón claro o beige creo. Esta vez se ve que quisieron darle un toque más alegre y la pintaron de amarillo patito con los techos lilas y detalles en fucsia. Parece un castillito en donde se festejan fiestas infantiles. Esta es una de las dieciséis iglesias de Chiloé declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco en el 2000. En el viaje anterior las visitamos a casi todas.
Dimos un par de vueltitas más y preguntamos dónde estaba el hotel Unicornio Azul, y antes de llegar dimos más vueltas porque no entendimos la explicación. Ahí en ese hotel no había habitaciones y nos derivaron  la Hostería de Castro en donde nos dijeron que sólo quedan habitaciones chicas pero nos quedamos igual. Mi habitación tiene una hermosa vista al mar. La de ellos esta del otro lado y creo que tiene vista al gallinero del hotel o a algún lugar así.
Papá se quedó descansando en el hotel y con mamá salimos a caminar. Entramos como en cuatro farmacias porque yo buscaba una balanza pero se ve que acá la gente no se pesa. Fuimos al Museo municipal que cuenta un poco de la historia de Chiloé con fotos, dioramas y objetos varios. Ahí hay dos siluetas de persona con un cartel que dice "Compare su estatura con la de los chonos" que eran unos indios petisos que abundaban por acá. Ahí en el museo vi un libro titulado "Relación dialógica para el abordaje de la pertinencia en la enseñanza de las artes musicales: un enfoque etnográfico" de Pablo Yañez Delgado y con semejante título quise verlo. El señor que nos vigilaba abrió la vitrina y me lo dio, y me dijo que el otro libro que había ahí y que parecía una biblia (según el, para mi nomás era un mamotreto) lo había escrito él.  El que ojeé costaba $10.000 y no lo compré.
Dimos unas vueltas más por el centro y entré en una disquería a ver si encontraba música chilota pero revolviendo no encontré nada y cuando le pregunté a la señora que atendía me trajo una torre de CDs y elegí y compré tres. Pasamos por la librería Anay en donde vi dos libros de Anne Chapman y quería los dos pero salen $20.200 cada uno y son muy pesados (tengo que tener en cuenta el peso de las cosas, igual creo que ya voy a tener que pagar multa por exceso de equipaje), así que compré sólo uno: Hain, que viene con un CD con algunos de lo cantos utilizados en esa ceremonia, y el otro libro (Fin de un mundo) lo dejé para comprar en la próxima visita.
Volvimos al hotel, tomamos mate, comí una manzana verde que la verdad no sé de dónde salió y después fuimos a ver si encontrábamos un lugar digno de nosotros para cenar. Al lado del hotel hay un local de comida china pero como no vimos ningún chino atendiendo o cocinando nos dio desconfianza y seguimos de largo. Pasamos por varios lugares y entramos en La brújula del cuerpo, que está al lado del cuerpo de bomberos y está todo ambientado con utilería bomberil: escaleras rojas, fotos de bomberos y cosas así. Pedimos comida como para cinco personas porque el mozo no nos avisó que los platos eran gigantes. Mamá estaba preocupada porque hace unos días empezó a ver una serie que se llama "Pablo Escobar, el patrón del mal" y no iba a llegar a ver el capítulo del día.
Volvimos al hotel y a dormir. No se sabe qué vamos a hacer mañana.

martes, 8 de enero de 2013

Martes 8 de enero de 2013

Hoy me quedé dormida y fui a desayunar sin bañarme porque si no tenía que ir sola después y yo quería estar con mamá y papá. Luego de un copioso desayuno (por parte de ellos ya que como todos saben yo me modero) y algunas especulaciones acerca de un enorme crucero que estaba estacionado (sí, ya sé que no es el término adecuado, pero bueno, estaba ahí estacionado) como a 1 km de la costa y hacia el cual iban y venían tres barquitos que yo decía que llevaban a la gente pero papá insistía con que eran vendedores de artesanías y choripanes, mamá fue a cambiar una pollera que había comprado ayer y yo la acompañé. De paso se compró dos blusitas más, por si justo las necesita. Ahí en el mall en el local de la librería Lápiz López compré un block de hojas para poder seguir anotando todo porque el cuaderno este se va a terminar en breve, y además le compré un regalito a Nati.
Mientras tanto llovía y había niebla, desde que me desperté que el día estuvo inestable, nublado, con lloviznas, todo gris. Como no nos apetece pasear por acá con este clima nos fuimos en el auto rumbo a Puerto Varas después de dar unas veintiocho vueltas y media por los barrios periféricos de Puerto Montt y retomar siete veces sorteando calles sin salida, hasta que por casualidad llegamos a la ruta y papá dijo "Ah, yo sabía que era por acá".
En Puerto Varas paramos para almorzar en el restaurante Miraolas que tiene vista al mar y se especializa en pescados y mariscos. El mozo insistía con que pidiéramos langosta porque se ve que tenían que deshacerse de ella hoy, pero nadie quiso y pedimos rabas (papá), chipirones a la plancha (mamá) y salmón con salsa de pimientos verdes y ensalada surtida (yo).
De un lado de la mesa había una familia (un señor, dos señoras y tres niños) charlando muy animadamente, sobre todo el señor que parecía simpático y les contaba a los niños historias de barcos piratas y cosas así y los niños lo miraban tan atentamente y parecían tan fascinados que supuse que no era el padre sino algún tío, ya que se sabe que los niños por lo general no solamente no admiran a su padre sino que no le prestan la más mínima atención a sus historias.
Del otro lado de la mesa había una pareja que hablaba en ruso o rumano o húngaro, algo que sonaba como de algún país de esos.
Después de almorzar con postre y café incluídos seguimos por la ruta 225 rodeando el lago Llanquihue pasando por Ensenada, hasta los Saltos del Petrohué, "hermosa cascada de aguas turquesas que desagua el Lago Todos los Santos" (al decir del folleto y mapa turístico que nos dieron en el puesto de información turística de Puerto Montt ayer cuando salimos con mamá a caminar).
Cuando llegamos ahí el día estaba lindo, soleado, y después estuvo hermoso hasta que anocheció. Para admirar los Saltos hay que pagar la módica suma de $1500 además de los $270 cada veinte minutos en el estacionamiento, y caminar unos metros por un sendero flanqueado de árboles y otras plantas con sus nombres científicos y coloquiales en grandes carteles de madera. Por ahí se llega a unas pasarelas desde donde se puede ver que el folleto no miente, es en verdad una hermosa cascada de aguas turquesas. Eso lo ví yo sola y saqué unas fotos para mostrarles a ellos porque no quisieron ir.
Al volver paramos en la costa del río Petrohué también de hermosas aguas turquesas, a sacarnos unas fotos y nada más porque estaba lleno de tábanos. ¡Qué molestos que son los tábanos!
Siguiendo por la ruta y pasando Ensenada nos detuvimos en un puestito que decía LAVANDAS. Había dos mujeres preguntando y comprando, y una señora vestida de farmacéutica respondiendo y vendiendo. Al concretar la venta les preguntó: -¿De dónde son? -De Osorno. -Ah, ¡yo también! ¿Y a qué se dedican?
Una no me acuerdo qué era y la otra le dijo -Soy periodista. -Ah, y ¿dónde trabajas? -En el diario. -¿Y cómo te llamas? -Daniela Ruiz. -¡Ah, tú eres la sobrina de la Magali, tú hiciste un master en la Universidad Católica de Santiago, yo me conozco toda tu vida!
La señora vendía varias cosas: jabones, colonias, aceite esencial, etc. Mamá compró una colonia grande y yo una chica. Cuando nos preguntó a nosotras de dónde éramos mamá le dijo que de Buenos Aires pero yo por las dudas no dije nada, a ver si también se conocía toda mi vida.
Volvimos al hotel y yo quería ir al super a comprar agua pero las malas influencias de mamá me llevaron otra vez a una tienda Ripley a mirar ropa y comprar. Al momento de pagar pasamos por tres cajas distintas porque ya estaban cerrando todo y nadie nos quería cobrar, empezaron a apagar las luces y volvimos a la primera caja en la que había un muchacho más amable que volvió a abrir la caja para cobrarnos luego de que mamá le exlicara que nos habían echado de las otras. Cuando quisimos salir resulta que estaba todo cerrado y tuvimos que bajar al estacionamiento por una escalera de un costado y caminar por ahí hasta la entrada del hotel para poder subir.
Ya eran como las nueve y a mi de golpe me dio mucha hambre así que subimos al piso 11, al bar Market del hotel a cenar algo.
Hay una tele prendida que no se escucha pero se ve el noticiero y dicen que continúa y aparentemente se agrava el conflicto en La Araucanía y organizaciones mapuches convocan a una reunión en Temuco para tratar el asunto. Mientras tanto parece que los camioneros siguen con sus protestas en las rutas.
Nosotros mañana vamos a Chiloé.

lunes, 7 de enero de 2013

Lunes 7 de enero de 2013

Anoche pedí servicio a la habitación: salmón con vegetales grillados y una selección de frutas (que traía melón, piña y sandía).
Hoy me llamaron a las 8:00, me bañé, me vestí, me sequé el pelo y a las 9:00 fuimos a desayunar. Había poca gente desayunando. Después mamá pidió agua caliente para tomar mate en el camino, pero al final nunca tomamos mate.
Cuando hicimos el check-out y pagamos, papá le comentó a la empleada que teníamos pensado ir a Puerto Montt y pasar por Puerto Varas en donde hay otro hotel de esta cadena y la empleada recomendó fervientemente que nos quedáramos en Puerto Varas, que es más seguro, que en Puerto Montt hay mucha delincuencia.
Sin prestarle atención a sus advertencias, salimos a eso de las once con la firme intención de quedarnos en Puerto Montt. En el camino hubo discusiones varias con respecto a dónde cargar nafta, dónde comprar agua, dónde parar para ir al baño, dónde doblar, qué camino seguir, etc.
Paramos a tomar un cafecito en  una estación de servicio y compré el diario El Mercurio por $500 y pregunté cuánto costaba un CD doble de Roberto Carlos para poder escuchar algo en el auto porque nadie trajo música y ahí había a la venta unos CDs de Arjona o de Ricky Martin o del Grupo Aventura... el de Roberto Carlos era el mejorcito, pero salía $8.900 y me pareció excesivo así que nos conformamos con la radio.
Compré el diario para enterarnos cómo evolucionan los conflictos en La Araucanía entre los mapuches y los huincas, hubo "atentados terroristas", muertes, incendios, detenciones, golpizas, hay bastante jaleo. Por este asunto hay unos semipiquetes de camioneros sobre la autopista, proque aducen que los mapuches los hostigan y ellos van con carteles que dicen "los camioneros sólo queremos trabajar".
Pasamos por Puerto Varas, dimos una vuelta en el auto por ahí y tomamos un camino alternativo a Puerto Montt que daba vueltas y rodeos. Al fin llegamos y nos hospedamos en el Holiday Inn Express, en las habitaciones 914 y 916, ambas con vista al mar.
Nos emprolijamos un poco y salimos a comer algo, a eso de las cuatro de la tarde. En Rhenania tomamos una merienda y mamá quiso comprar unas galletitas que había en exposición en una cajita muy linda pero se las daban en un cosito así nomás de plástico porque la cajita "es de adorno", y entonces no compró nada.
Después papá se fue a descansar al hotel y mamá y yo dimos un paseo por el centro, y al volver entramos al hotel por una de las entradas del mall y bueno, tuvimos que comprar algo de ropa. Mamá subió a su habitación y yo fui al supermercado a comprar café molido para hacer café en la habitación, porque hay unas cafeteritas. Al llegar a la habitación quise usar la cafetera pero caí en la cuenta de que necesitaba filtros... entonces llamé a mamita y le dije que qué hacía, y me respondió que seguro acá en el bar del hotel (ubicado en el piso 11 al igual que la recepción) seguro vendían, porque en la cafetera hay un cartelito que dice que ahí venden café. La cuestión es que venden el café en bolsitas que no necesitan filtro, y no sólo no venden filtros sino que a juzgar por la cara de la empleada ni siquiera saben qué son. Igual, ahí las 24 horas hay café de cortesía, y manzanas y croissants o algo así, también de cortesía. Tomamos un cafecito y volvimos a las habitaciones.
Más tarde salimos a dar vueltas por el mall con papá y vi un libro que  me quiero comprar: El libro gordo de 31 minutos, a $12.000. En el super compramos agua y volvimos a la habitación, pedimos comida al Club de Yates que queda enfrente del hotel y la trajeron a la habitación, cenamos y subimos al bar a tomar un cafecito los tres, y me quedé acá sentada escribiendo esto en una de las PCs que hay a disposición de los huéspedes.

Domingo 6 de enero de 2013

Anoche no pude dormir nada. A las 7:40 me llamó mamá y todavía no había dormido nada. Al final como a las 8 me habré dormido, hasta las 10:10 que me desperté, me vestí y fui a desayunar a las 10:30. el desayuno se sirve hasta las 11 así que estaba lleno lleno de gente, todos como desesperados abalanzándose sobre los huevos revueltos, los panes, los jugos y etc. Yo me serví mi cafecito con leche, mis fetitas de jamón y queso y un platito de frutas y medio yogur.
A las 11 fui a mi habitación a buscar el libro que estoy leyendo: Baila, baila, baila, de Haruki Murakami, que se lo regaló el tío Paco a Nati para navidad y me lo prestó porque yo me olvidé el que me regaló a mi. Me fui al lobby del hotel a leer y a esperar a mamá y papá que fueron a misa. Mientras leo y espero, cada tanto miro cómo llueve.
Llegaron antes de las doce y después de un breve encuentro organizativo salimos rumbo a Niebla.Como su nombre lo indica estaba lleno de niebla, además llovía mucho y había viento. Una lástima porque no pudimos visitar el fuerte que visitamos cada vez que vamos.Ahí en el fuerte hay unos cañones que aparentemente nunca se usaron. La primera vez que fuimos a Niebla, hace veinte años, un guía nos guió por ahí y nos contó toda la historia que yo ahora no me acuerdo, pero sí me acuerdo que dijo eso de los cañones que nunca se usaron, y que por eso cuando alguien es medio inútil le dicen que es como cañón de Niebla.
Seguimos un poco por ese camino hasta que dimos la vuelta.
Antes de entrar en Valdivia, sobre la ruta, está la cervecería Kunstmann que tiene un restaurante y una tienda en donde venden cervezas, vasos, remeras y demás cosa cerveceriles. Paramos ahí a almorzar y adquirí una remera para mí que dice "Kunstmann".
Volvimos al hotel pero antes dimos unas vueltas en el auto bajo la lluvia valdiviana.
Después fuimos al supermercado Unimarc a comprar todas cosas que en Buenos Aires no se consiguen y era menester comprarlas aquí, como ser arroz, galletitas, pañuelitos...
Volvimos al hotel y merendamos en la habitación de ellos, vimos algo de tele... Valdivia es una ciudad un poco aburrida cuando llueve.
Más tarde armé mi valija porque mañana nos vamos a Puerto Montt.

sábado, 5 de enero de 2013

Sábado 5 de enero de 2013

Me llamaron a las 6:30 y yo dije "muchas gracias" y seguí durmiendo hasta casi las ocho que me llamó mamá. A eso de las nueve fuimos a desayunar al SkyBar que queda en el piso 12 del hotel y tiene vista al río Calle Calle. Para desayunar hay de todo, incluso champagne.
Después de desayunar fuimos al Mercado Fluvial en donde venden pescado, frutas, verduras, quesos, hierbas, flores, libros y revistas usados y chucherías.
De ahí fuimos a una zapatería en donde mamá quería comprarse sandalias pero se las probó y no le quedaban bien. Compramos algunas cositas en una farmacia, cambiamos algo de dinero, papá se compró un par de zapatos y fuimos al mall a recorrer locales en liquidación. Ahí nos sentamos a almorzar algo como a las tres de la tarde.
Cuando terminamos de almorzar volvimos a paso lento al hotel, papá se quedó descansando y mamá y yo fuimos caminando a Manos de Valdivia que es un lugar en donde venden prendas tejidas. Para llegar cruzamos el puente Pedro de Valdivia, pasamos por al lado de la casa Prochelle que es una casa muy vieja que debió haber sido hermosa cuando alguien la cuidaba, pero ahora está desvencijada y da pena. Ahí nomás a una cuadra cruzamos la calle y está el local de Manos de Valdivia atendido por dos señoras que intentaban desenredar y ovillar una madeja de lana verde. Yo me probé todo y me compré un chalequito. Mamá compró dos ponchitos, uno para ella y otro para Nati. Cuando nos fuimos todavía estaban con la lana toda enredada.
Volvimos por la vereda de enfrente, para variar, y pasamos por el Parque Prochelle que es el antiguo jardín de la Casa Prochelle, pasó que al construir el acceso al puente Pedro de Valdivia quedó el jardín separado de la casa, y ahora es un parque público.
Cruzamos el puente y dimos unas vueltas por un mercado artesanal en donde todos los puestos venden prácticamente lo mismo: chucherías de madera, adefesios con la inscripción "Rdo. de Valdivia", carteras y bolsos tejidos, sacos, pantalones y porquerías varias made in China.
Salimos de ahí y dimos unas vueltas por la costanera; hoy hay mucha más gente que ayer, hay puestos de comida y de "artesanías", hay músicos tamborileando, adolescentes retozando en el pasto, niños alimentando a las palomas y bastante ruido y suciedad, ojo que a mucha gente eso le parece alegre y lleno de vida.
Volvimos al hotel a descansar un rato y a pensar qué hacer con el resto de horas que le queda al día.
A las 20 fui al "business center" del hotel en donde hay tres PCs y una la está usando un señor, quise usar otra pero me pedía un nombre y cotraseña que no tenía, asi que subí a la recepción y vino alguien que no pudo resolver el problema y se fue y me dijo que enseguida volvía, y me quedé esperando pero no vino. En eso se apagaron todas las luces pero las compus seguían funcionando, el señor que estaba acá me mira y se ríe, me habló con acento extranjero y me preguntó si hablaba inglés y le dije que sí que un poco, y me preguntó si hablaba español y le dije que sí y casi le digo que también hablo jeringozo, pro si le interesaba.
Volvió  la luz, llamé a la recepción porque ya habían pasado 15 minutos desde que el empleado me dijo que ya volvía, y me dijo que no podían ubicar al técnico, y el señor al final me dijo "io ia estoi terminando" y se fue y me dejó la compu para que yo pudiera contar todo esto al mundo.

Viernes 4 de enero de 2013

Nos levantamos temprano, desayunamos y salimos rumbo al paso Mamuil Malal que está lleno de gente haciendo cola y llenando papelitos para poder pasar a Chile. Por el camino pasamos por el río Malleo, cruzamos dos puentes y casi todo el tiempo veíamos la cima del volcán Tromen o Lanín, no se sabe bien pero hubo discusiones al respecto.
Del lado argentino estuvimos en total entre esperas y trámites una hora, y del lado chileno un poco más.
Seguimos cruzando la Cordillera de los Andes, un Ande atrás de otro. En el camino cada tanto había carteles que decían "PRECAUCIÓN - OBSTÁCULOS EN EL CAMINO" y los obstáculos eran pehuenes o araucarias que habían quedado justo en el medio de la ruta, que es de ripio. Por fin llegamos a Pucón en donde almorzamos en un restaurante árabe y después me compré un par de botas. De ahí seguimos viaje y por fin llegamos a Valdivia. Encontrar el hotel fue muy fácil porque es el edificio más alto y pretencioso de toda Valdivia.
El Hotel Dreams es muy lujoso eh, tiene como cinco estrellas. Las habitaciones que nos tocaron son iguales, la 701 para mí y la 401 para ellos. Son enormes y tienen balcón y todo. El baño tiene bañera y duchas de esas que salen de la pared que no sé si son escocesas o qué. Como es todo vidriado se ve el río mientras uno se baña o se lava los dientes o lo que sea que haga en el baño.
Después de acomodarnos un poco salimos a dar una vuelta y a merendar en la confitería Entrelagos que está llena de gente como siempre.
Volvimos al hotel, miramos algunas vidrieras (¡los zapatos son baratísimos!) y después tomamos unos mates con mamá en el balcón de su habitación mirando al puente Pedro de Valdivia sobre el río Calle Calle, mientras papá dormitaba en un sillón. Lo dejamos a papá ahí descansando y nos fuimos con mamá a caminar por la costa del río. Por ahí muchas personas van caminando o trotando o en bici, y hay "estaciones de ejercicios" cada tanto, con distintos aparatos como escaladores y otros que no sé cómo se llaman.
A la vuelta de la caminata vimos que hay un restaurante en el hotel, Doña Ines Grill & Wine y decidimos ir a cenar ahí. A tal efecto, anoticiamos a papá, yo me cambié la ropa llena de tierra y cenamos ahí.
Cuando terminamos de cenar papá y yo dimos una vuelta por el Casino pero el ambiente era insoportable por un lado por el aire viciado y con olor a cigarrillo y por el otro por el show en vivo con el cual el cantante Cristóbal torturaba a los presentes. Ahí me enteré de que en unos días va a cantar ahí ¡el doble de Miguel Bosé! Lástima que me lo pierdo.
Nos fuimos a dormir y yo pedí que me llamaran a las 6.30 con la ilusión de realmente levantarme a esa hora.

Jueves 3 de enero de 2013

Nos levantamos bien temprano mamá, papá y yo porque así teníamos tiempo de pelearnos por lo menos dos veces antes de que pasara el taxi a buscarnos para llevarnos a aeroparque. Llegamos e hicimos el check-in, ¡ah, no! eso lo habìamos hecho por internet, lo que hicimos fue despachar las tres valijas (que pesaban 12, 16 y 17 kg.) y después nos sentamos a tomar un té (yo, y con leche), y dos cortados para ellos, y a esperar las casi dos horas que faltaban para embarcar.
Por supuesto tuvimos que esperar más de veinte minutos para que nos atendieran y poder pedir el té, porque se ve que se notaba que teníamos tiempo de sobra. A los diez minutos de estar ahí sentados sin que nos atendieran papá le hizo un gesto a una camarera para que venga pero en vez de acercarse, ella le hizo así con la mano, como diciendo "espere un poco, si total le sobra el tiempo, qué se hace el apurado". Al final un mozo se apiadó y nos atendió.
Al rato seguíamos ahí sentados esperando, y así más tiempo hasta que se hizo la hora de embarcar. Embarcamos sin mayores inconvenientes más que algunos empujones de los maleducados que abundan por ahí. Mi asiento: 4C, los de ellos: 5K y 5L.
Por suerte en el avión no viaja un bebé llorón sino dos, así no nos aburrimos tanto y tenemos un poco de variación tímbrica y espacial: ora se escucha un lloriqueo desde adelante, ora nos taladra los tímpanos un aullido desde atrás.
Llegamos a Bariloche, retiramos las valijas, nos entregaron el vehículo pero... faltaba el permiso para pasarlo a Chile así que fuimos hasta una estación de servicio en Bariloche a cargar nafta y a encontrarnos con alguien que nos llevó el permiso hasta ahí.
Ya eran más de las dos de la tarde y yo quise ir a comer algo y como mis deseos son órdenes fuimos a comer algo a una parilla.
Comí un pedacito de carne con puré de calabaza, y un poquito de ensalada caprese y no se qué tenía la comida porque al ratito empecé a sentirme mal muy mal pero muy mal con un dolor de estómago que pensé que me iba a implosionar.
Paramos en una estación de servicio y después en otra para que yo pudiera hacer uso de los sanitarios, alguien me convidó un Dramamine pero yo seguía sintíéndome mal.
En la última estación de servicio le dijeron a papá que no iba a llegar a tiempo al paso inernacional, porque cerraba en menos de una hora y teníamos como una hora de viaje hasta ahí, entonces fuimos a pasar la noche a un hotel en Junin de los Andes. Ahí dormí y dormí y no se qué hicieron ellos.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Las veces en las que me imaginé algún futuro, el presente me dio un golpe en el estómago y se rió en mi cara. No puedo volver a bajar la guardia.

viernes, 2 de noviembre de 2012


Generalmente no tengo ganas de hacer nada, pero basta pintarme las uñas y me dan unas ganas irrefrenables de lavarme el pelo, o tipear algo, o tejer... y bueno, me quedo así un rato quietita y muy ansiosa, un rato laaaargo hasta que después, en fin, me cuelgo, y ya no me dan más ganas de hacer nada.

lunes, 27 de agosto de 2012

De golpe.

A veces te pasa algo, o conocés a alguien, y te das cuenta de que tu vida va a ser otra, va a cambiar radicalmente y ahora sí todo va a tener sentido. Basta de depresión, de llorar en las almohadas, de encierro. Casi sin darte cuenta respirás más tranquilo, y se te aflojan las tensiones en el cuello, te ponés perfume, lavás la ropa, mirás menos tele y escuchás más música y empezás a saborear la felicidad... pero... pero... pero... descubrís un sabor amargo, y se te termina el perfume, y te empieza a doler todo el cuerpo otra vez, y pensás que claro, que no podía ser, que era una fantasía, y te das cuenta de que los días son todos iguales y de que la vida es esto.

martes, 24 de julio de 2012

Martes 24 de julio 2012.

Hoy ellos se fueron a Lisieux temprano y yo dormí hasta cualquier hora. Cuando terminé de despabilarme salí rumbo al Panthéon y me bajé mal del metro, me pasé una estación y con el mapa de porquería que tengo no podía encontrar las calles porque no figuran todas, asi que di vueltas unos diez minutos hasta que me pude ubicar. En el Panthéon vi el famoso péndulo de Foucault que no es el original pero bueno, es lo mismo.
Había una exposición sobre Rousseau, una parte se llamaba "Rousseau y sus retratos" o algo así, ahí había muchos retratos y bustos y pequeñas rélicas de esculturas o proyectos para las mismas en honor a Rousseau. También ví cuadros e imágenes con Rousseau vestido "a la armenia" y decía en un cartelito que era una vestimenta de moda y que se le había ocurrido a él ponerse el traje para un retrato. Había un grabado cuyo autor no recuerdo en donde se lo veía a Rousseau sentado en un sillón y señalando a una ventana que una mujer estaba abriendo, y se explicaba que estaba representando la escena en la que Rousseau dijo sus últimas palabras.
La otra parte se llamaba "Rousseau y las artes" y estaba dividida en varias secciones, la más interesante para mí era la de música, en donde se exponían libros y manuscritos de Rousseau sobre música, entre ellos su diccionario, también había partituras manuscritas de él que si las viera Magdalena Bigotti, mi profesora de armonía en el profesorado, se desmaya de lo desprolijas que eran. Había también obras para escuchar, y libros de otros autores con comentarios de Rousseau en los márgenes.
En otra parte sobre botánica o algo así había expuestos unos seis naipes que en el reverso (en blanco) tienen anotaciones que Rousseau hacía cuando salía a pasear y llevaba las cartas en el bolsillo o en la mano (no decía dónde las llevaba). Tenía una letra muy muy pequeñita. Para escribir sí que era prolijito, escribía todo derechito y chiquitito. En un naipe le entraban un montón de renglones.
Bajando por unas escaleritas está la cripta en donde descansan los restos de varios personajes ilustres: Rousseau y Voltaire, cuyas tumbas están enfrentadas, Zola, Marie y Pierre Curie, Jean Jeaures, Louis Braille...
Cuando salí del Panthéon me dirigí al Museo Carnavalet cuya entrada es gratuita. Es enorme y se aprende mucho sobre la historia de Francia si se presta atención pero lamentablemente yo no presté atención porque la verdad es que mucho no aprendí.
Lo que más me gustó: Las salas con muebles y cosas ambientadas en las distintas épocas; la sala que se llamaba "La belle epoque" llena de cuadros de Jean Béraud; una sala ambientada como un café Parisino; otra ambientada como una joyería famosa que no me acuerdo el nombre.
Lo que menos me gustó: había demasiadas salas (como 150) y no estaba bien señalizado el recorrido, por algunas salas pasé dos veces y otras no las ví.
Salí del Museo Carnavalet y fui caminando hasta la Place des Vosges que está ahí nomás y en un café tomé una cerveza y comí un croque monsieur. La plaza estaba llena de gente tomando sol y otra gente en la sombra.
Pasé por la Maison de Victor Hugo que hoy en día es un museo, pero estaba cerrado.
Salí de la plaza y justo pasé por un lugar en donde vendían ropita linda en liquidación y me tuve que comprar algo. Mientras estaba ahí entró una pareja de argentinos y la mujer agarró una billetera y le dijo al marido: "Ay, mirá, esto voy a llevar", a lo cual el marido objetó: "¿Y para qué lo querés?", y ella respondió: "Y, no sé... para regalar... sale diez euros...", y lo compraron.
Después fui caminando hasta la Place de la Bastille, caminé por la Rue du Fauborg Saint-Antoine, y después me tomé el metro y me volví pero antes de llegar al departamento pasé por el supermercado Monoprix y compré una ensaladita y un sandwich de atún para la cena.
Llegué al departamento y ellos no habían llegado todavía así que los esperé.
Cenamos, vimos cómo llegar al aeropuerto mañana, armé mi mochilita con ayuda de mamá que siempre acomoda todo, y me fui a dormir.
Mañana: a Bilbao a encontrarme con María (y Juan) después de ocho años, a conocer a sus hijos Lautaro y Hodei, y a pasear por el País Vasco que no conozco nada por ahí.




Lunes 23 de julio 2012

Nos levantamos, tomamos el café, efectuamos las peleas matutinas de rigor y salimos rumbo al Centre Pompidou. Cuando llegamos (después de hacer dos combinaciones con el metro para no caminar mucho antes de llegar) nos despedimos porque a ellos la cultura les hace doler la cabeza o algo así, entonces entré yo sola.
Subí hasta el Nivel 6 en donde había una exposición de Gerhard Richter. De ahí me gustaron varias obras. Por ejemplo: Cage (1-6). Eran seis obras enormes, del año 2006, y en un costadito decía:
"Richter tiene un constante interés en la música contemporánea desde su descubrimiento en Düsseldorf en los 60s de los experimentos musicales de John Cage y los otros miembros de Fluxus. Este encuentro fue a la vez revelador y significativo, la manera en que los músicos emplean el azar, las pausas, los silencios en sus composiciones en realidad esconde una partitura construida cuidadosamente. Como Cage, Richter utiliza una "espontaneidad calculada" para producir sus pinturas abstractas. Estas pinturas, hechas para la Bienal de Venecia en 2007, fueron creadas mientras el artista escuchaba obras de John Cage." (Traducción mía).
Otras obras de Richter que me gustaron: Strip (2011), 11 Sheiben (2004, formada por once paneles de vidrio), Strich (au Rot) (1980), Spiegel (1981, es un espejo enoooooorme), 6 stehende sheiben (2002/2011), 1024 farben (1973).
Después de ver la exposición de Richter bajé al museo, fui al Nivel 5 en donde están las obras de 1900 a 1960. Me gustaron muchas cosas, entre ellas:

  • un video hecho entre 1908 y 1910 por Herbert Tischner sobre una expedición a Micronesia y Melanesia en el cual se veían unos minutos de danzas rituales
  • Cuadros de Braque: Guitare et compotier (1919), Femme a la guitare (1913), Le gueridon (1911), Les instruments de musique (1908), Nature morte au violon (1911)
  • Unas xilografías de Kandinsky de 1907-1911 y su cuadro Trente (1937)
  • La sala llamada "Early abstraction: the musical eye", en donde había un cartelito que decía: "Pioneros de la abstracción como Kandinsky y Kupka notaron la posible analogía entre música y artes visuales que los ayudó a tomar distancia de lo real e imaginar una pintura no figurativa. En su tratado "Sobre lo espiritual en el arte" Kandinsky, que había descubierto la música atonal de Schöenberg en 1910 describe una pintura que se encargaría de investigar sus propias posibilidades y métodos. Kupka: "Pienso que puedo encontrar algo entre la vista y el oído y que puedo hacer una fuga en colores como Bach lo ha hecho en música."
  • Pasteles de Kupka
  • Los Rythmes de Delaunay
  • El cuadro Ubu Imperator de Max Ernst (1923)
  • La famosa rueda de bicicleta de Duchamp
  • Una ambientación llamada "Muro del Atelier de Andre Breton" en donde había 255 obras de arte y objetos
  • Las cajas y objetos de Fluxus
  • El cuadro Jazz Band (1944) de Jean Dubuffet
  • La instalación Oracle (1962-1965) de Robert Rauschenber
En el nivel 4 están las obras de 1960 hasta hoy. Eso lo recorrí más rápido porque me pareció menos interesante, salvo las obras: 
  • Musicale (1977) de Takis, 
  • Identité (n2) (1973) de Kowalski formada por tres cubos de neón de distinto tamaño, cada uno delante de un espejo redondo y si te parás en cierto lugar ves los reflejos de los tres cubos como si fueran del mismo tamaño. Según un cartelito, eso hace que el espectador se replantee su propia identidad, y de ahí el nombre de la obra.
  • The mad dog (1994) de Oleg Kulik y Kulik is a bird in fact, también de Kulik.
Ahí en el Pompidou hay varias tiendas y una librería enorme en donde tuve que comprar algunos souvenirs. Después quise ir al baño porque dentro del museo hay varios toilettes pero todos estaban ocupados y con gente esperando, entonces ví que en un cartel decía que en el nivel -1 había toilettes, y bajé. Ahí ví un estudio de grabación que formaba parte de la obra "On air", es un estudio transparente y con varios auriculares afuera para que el que quiera pueda escuchar lo que pasa adentro. Adentro había un grupo de chicos españoles que no se decidía por ninguna canción, al final eligieron grabar Let it be pero la guitarrista no sabía los acordes, así que se los iban pasando, y después dijo que no sabía poner la cejilla, y así estuvieron dando vueltas hasta que a los quince minutos me aburrí y me fui a buscar el baño que estaba sucio y no tenía jabón para lavarse las manos. Luego salí y paseé un poco por el barrio, entré en algunos locales y me volví en el metro al departamento.
Como no había comido nada en todo el día propuse que fuéramos a cenar a algún lado y fuimos a Il Teatro que sirve comida italiana. Pedimos:
  • Kir (yo)
  • Agua (mamá)
  • Heineken (papá)
  • Pastas (todos)
  • Bresaola que la pedimos antes, como entrada, pero nos trajeron todo junto
Estaban apurados porque cerraban a las 22.30 y eran las 21.50. Cenamos, nos volvimos, tomamos el café y nos acostamos. 
Me olvidé de contar algo importantísimo: a la mañana mamá me sacó el pasaje a Bilbao para ir a visitar a María. Me lo sacó ella porque busca mejor que yo que no encontraba pasajes. Y a la noche me comuniqué con María y le dije que llegaba a Bilbao a las 14.10 del miércoles y ella me va a buscar con toda su familia, y me vuelvo a París el viernes al mediodía.

lunes, 23 de julio de 2012

Domingo 22 de julio 2012

Nos levantamos, tomamos un cafecito, nos higienizamos y salimos para el Mercado Raspail que casualmente queda sobre el Boulevard Raspail. Lo recorrimos para un lado y después para el otro y compramos:

  • unos jaboncitos
  • dos pañuelos
  • dos tartitas de frutas, una de ruibarbo y otra de damasco
  • dos porciones de tarta, una de cebolla y otra de champignon
  • dos pedazos de queso, uno de morbier y otro de gruyere
  • dos medios panes, uno de brioche y otro con pasas de uva
  • unos tomatitos cherry 
  • dos miniendivias
Con todo eso volvimos porque nos pesaba en las bolsas. Almorzamos lo que compramos, que era todo orgánico porque el mercado Raspail es un mercado orgánico.
Papá se recostó y después de un rato mamá y yo nos fuimos al Puente Bir-Hakeim a ver a los ciclistas que llegaban hoy a París porque terminaba el Tour de France. Esperamos como dos horas al rayo del sol junto con otros personas. Pasaban autos, motos, micros, todos saludaban y tocaban bocinas pero los ciclistas no aparecían, hasta que al fin aparecieron, los vimos durante un minuto y medio que es el tiempo que tardaron en pasar por abajo del puente, y nos fuimos.
Tomamos un café en un café por ahí y mamá se volvió al departamento. Yo me fui en Metro hasta el Virgin Megastore de Champs Elysees y justo cuando salía del metro llegaban los ciclistas y todo el mundo gritaba en francés.
El Virgin Megastore es gigante como su nombre lo indica y está lleno de CDs, DVDs, libros, música, papelería, comics, juguetes, cuadernos, agendas, y queseyó qué más, había de todo, yo iba agarrando cosas y cuando las manos no me daban más iba soltando para agarrar otras cosas. Al final moderé bastante mi consumismo.
Volví al departamento y me crucé con mamá y papá que justo salían a comprar algo para comer y quedamos en que me esperaban en el Cafe Lutetia porque yo quería subir a dejar mi bolsita con música recién adquirida y pasar por el toilette.
Subí y bajé y los encontré ahí donde habíamos quedado. Pedí un croque madame que es un sanguchito tostado con un huevo frito arriba, y una cerveza Carlsberg muy rica. Después tomamos el café y compartimos una tarta de manzana. Nos volvimos, y me tuve que poner en los brazos y el pecho y la espalda un gel post-solar y crema hidratante proque las dos horas de espera del Tour de France al rayo del sol dejaron su huella en mi nívea piel.
Nos acostamos sin saber exactamente qué vamos a hacer mañana. Pero antes de acostarme del todo tuve que salir al pasillo en camisón porque al lado hay gente con niños y los niños a la una y media de la mañana estaban correteando y gritando por el pasillo, así que salí, los miré severamente y poniendo mi dedo índice sobre mis labios les dije: "SHHHHHHHHHHHHHH". Después de eso estuvieron un poco más calmados y pude dormir.

domingo, 22 de julio de 2012

Sábado 21 de julio 2012

Nos levantamos, tomamos un cafecito y fuimos rumbo a la Rue du Commerce a comprar un vestidito que yo había visto el jueves en la vidriera de un negocio pero cuando me lo probé no me gustó cómo me quedaba, así que no lo compré. En cambio me compré otras prendas aprovechando las liquidaciones.
Después caminamos un poco por ahí y mamá compró un kilo de cerezas en un mercado que vendía frutas y verduras.
Al mediodía entramos a Le Tipaza que es un restaurante marroquí y pedimos:

  • Aperitivo Tipaza que está hecho con licro de higo, jugo de naranja y licor de frambuesa (yo)
  • una botella chica de vino tinto marroquí que era bastante feo (papá)
  • agua (mamá)
  • pastilla que es una especie de empanada pero nada que ver (para compartir)
  • couscous de pollo (mamá)
  • tagine de cordero (papá)
  • tagine de kefta con huevo (yo)
  • té a la menta (mamá)
  • café (papá y yo)
  • souffle mandarine que era una mousse de mandarinas (yo)
  • patisserie árabe (papá)
Volvimos caminando al departamento y como me dio sueñito me acosté a dormir una siestecita mientras ellos se fueron a comprar cocalight, leche y no sé qué más.
Cuando volvieron me despertaron, tomamos un cafecito y fuimos al Parc du Champ de Mars, nos sacamos fotos con la Tour Eiffel de fondo, caminamos hasta el Sena, lo cruzamos por el Pont d'Iena y caminamos hasta el Pont de Bir-Hakeim por donde volvimos a cruzar.
Ahí en el Boulevard de Grenelle entramos a un café a tomar un café. Mamá fue al baño y volvió desolée porque para entrar había que poner una moneda de 0,50 euros en la puerta y ella había ido sin monedas pero papá le dio una y pudo ir.
El mozo le dio un euro de menos con el vuelto a papá pero papá se lo reclamó con brío y el mozo le tiró en la mesa la moneda de mal modo. Volvimos caminando, no me acuerdo qué hicimos antes de cenar, mamá cocinó unos zapallitos revueltos con huevo muy ricos, cenamos, café y acostarse.
Mañana vamos al Mercado Raspail que queda en el Boulevard Raspail y después no sé qué más.

sábado, 21 de julio de 2012

Viernes 20 de julio 2012

Nos levantamos y salimos rumbo a Notre Dame. Visitamos la iglesia, sacamos las fotos de rigor y nos llevamos unas velitas a cambio de nuestra ofrenda. Yo quise subir a las torres para lo cual esperé como una hora y media en la cola. La escalera de piedra está gastada y los escalones todos desparejos. Desde arriba de todo se ve la ciudad y se pueden sacar fotos y después hay que bajar por otra escalera igual. Por ahí di unas vueltas en un negocio de venta de souvenirs y compré algunos. Nos encontramos nuevamente los tres y fuimos caminando hasta el puente de Louis-Philippe que cruzamos con alegría y caminamos por la Rue du Pont Louis-Philippe hasta Melodies Graphiques que vende y muestra papeles, cuadernos, plumas, tarjetas, etc., todos hermosos. Por ahí encontramos un lugarcito para almorzar y después fuimos caminando por donde están los buquinistas. Había pocos hoy, pero había. Cruzamos el Pont des Artes y caminamos por la Rue Bonaparte hasta Pierre Hermé, compramos un par de macarons y nos volvimos al departamento en donde merendamos con macarons y café. A las ocho me fui para Belleville porque resulta que en un bar de por ahí cantaba Eugenia Brusa y no podía no ir a verla. Llegué justo cuando estaba empezando o eso creo y encontré una silla libre adelante de todo. La acompañaba uno de sus músicos que tocaba la guitarra y hacía voces también. Se escuchaba muy bien y el show fue muy lindo. Cuando terminó la saludé a Eugenia y me volví. Cenamos, después hablamos con Natalia por Skype y después a dormir. Mañana no sé qué era que íbamos a hacer.

viernes, 20 de julio de 2012

Jueves 19 de julio 2012

Mamá y papá se levantaron temprano porque hoy se iban de excursión en tren a Chartres. Salieron como a las ocho mientras yo seguía durmiendo plácidamente. A eso de las nueve me mandaron un mensaje de texto diciendo que habían perdido el tren porque miraron mal la hora; pero igual el pasaje les servía para los trenes siguientes, así que tomaron otro tren y listo.
Yo me levanté a las nueve y no entiendo cómo terminé saliendo a las once, qué hice en esas dos horas lo ignoro.
Fui caminando por la Rue du Theatre (que es la calle del departamento) hasta la Rue du Commerce que está llena de negocios en liquidación y por ahí hasta el Metro linea 8, combiné con la linea 5 y llegué al Parc de la Villete al mediodía.
Pedí un plano y pensaba recorrer el parque pero estaba nublado y ventoso y no me dieron ganas, así que entré en la Cité de la Musique y fui al Musée de la Musique. Me dieron una audioguía en inglés porque no hay en español, sólo en inglés o francés.
El museo tiene muchas muchas cosas para ver y escuchar; en la audioguía se pueden escuchar ejemplos de los instrumentos expuestos e información de los mismos, como por ejemplo sobre la Glass Harmonica:
          "Inventada por Benjamin Franklin hacia 1761, la Glass Harmonica fue muy popular a fines del siglo XVIII. Además de transcripciones hubo un repertorio propio para este instrumento, incluídas algunas piezas de Mozart. Desapareció hacia 1835 después de haber sido prohibida en varias ciudades de Alemania. Se la acusaba de causar desgracias como nacimientos prematuros, poner a los animales de mal humor y volver locos a los músicos. En realidad se cree que la pintura con plomo usada en el vidrio producía una intoxicación en el ejecutante." (La traducción es mía, sepan disculpar.)

Hay en el museo un montón de videos con fragmentos de obras, reportajes a músicos y estudiosos y algunos cuadros. También hay miniconciertos didácticos en los que un músico toca varios de los instrumentos del museo y luego responde preguntas, y había muchos niños curiosos haciendo preguntas.
Había también una exposición sobre Bob Dylan con cantidad de fotos, videos, libros para ojear, puestos de "guía de escucha" en donde se podían escuchar tres temas (Mr. Tambouirne Man, Blowing in the wind y I want you) mientras se veía la partitura, y había de cada tema: ficha técnica, un análisis morfológico superdetallado, comentarios de cada verso y queseyó qué más. También había discos, copias de periódicos y revistas, instrumentos, objetos y etc.
A la salida pasé por la librería y quería llevarme TODO, había demasiados discos y libros interesantes y todo tipo de souvernis.
Lo que más me gustó del Musée de la Musique: todo. En donde me detuve más tiempo: en las guitarras (no detallo para no aburrir a los no aficionados) y en la sección sobre música del siglo XX llamada "La aceleración de la historia".
Cuando salí del museo (como cinco horas más tarde) seguía nublado y ventoso y estaba cansada así que me tomé el Metro para volver. A la salida del Metro paseé un poco y volví al departamento con una porción de quiche de verdura y queso comprada en una panadería porque no había comido nada en todo el día y aunque no tenía hambre me pareció prudente comer algo.

Al rato llegaron mamá y papá e intercambiamos impresiones sobre lo vivido en el día.
A la noche fuimos a cenar a un restaurante chino acá cerca, y después de hacer el pedido la camarera nos preguntó si queríamos algún acompañamiento pero sólo podía ofrecernos fideos porque arroz NO HABÍA MÁS. ¿Dónde se ha visto que un restaurante oriental se quede sin arroz??? Sólo acá a la vuelta.
Cuando volvimos quisimos adquirir unas galletitas en la máquina expendedora que hay en el hall del edificio pero todas las monedas pasaban de largo así que el café de la noche lo tomamos solo.
Mañana vamos a Notre Dame.

jueves, 19 de julio de 2012

Miércoles 18 de julio 2012

Nos levantamos, desayunamos un cafecito y salimos a las 9.30 rumbo al Musée d'Orsay. Fuimos hasta la estación de RER para no tomar siempre el Metro, y además el RER nos lleva directo al Museo y con el Metro hay que hacer una combinación. Llegamos a la estación y resulta que la linea está interrumpida y no llega hasta el museo, así que hay que ir hasta Invalides y ahí combinar con el bus Castor hasta el Museo.
En el museo hicimos nuestros recorridos, algunas partes todos juntos, otras partes en dúos y otras partes cada uno por su lado.
Lo que más me gustó: toda la galería de los impresionistas; la sala de Toulouse-Lautrec; la maqueta de la Opera; la galería neo y post-impresionista en donde están los cuadros de Van Gogh, Gauguin, Seurat, Signac; los muebles Art Nouveau; todos los cuadros de bailarinas de Degas; la escultura de la bailarina de catorce años de Degas; la exposición "Misia, reine de Paris" sobre Misia Sert en donde había manuscritos de Ravel y muchas otras cosas; la librería en donde compré libros y cositas.
Lo que menos me gustó: mucha gente cerca de los cuadros famosos, había feo olor en la sala de Van Gogh y Gauguin; en la librería todo es muy caro y me quemé tomando un café en el bar de la planta baja.
Salimos del museo, nos sacamos fotos alusivas y fuimos caminando rumbo a la Droguerie que es una mercería. En el camino nos sentamos a comer algo porque ya eran las tres de la tarde y según mi papá si no comíamos después "se nos junta todo".
En la mercería miramos y tocamos todo y compramos unos retacitos de tela. 
Cuando salimos de ahí mamá y papá se volvieron al departamento y yo me fui a buscar el local de Anna Joliet que vende cajas de música. En el trayecto pasé por la Galería Vivienne que es hermosa y tuve que entrar a pasear por ahí, y de paso miré vidrieras de locales que ni ponen el cartelito con el precio a las cosas que venden para que no se desmaye la gente antes de entrar. Igual acá el precio parece no afectarle a nadie más que a mi, que tengo que multiplicar todo por ocho más o menos.
En el local de Anna Joliet estuve un rato y compré una cajita de música.
Después paseé por la Place du Palais Royal, me senté en las columnas de Daniel Buren y observé:
- un señor que con un imán atado a una soguita que pescaba monedas de una fuente,
-una nena que seguía palomas y se ponía de cuclillas imitándolas y las miraba,
-dos niños en monopatín que daban vueltas en círculos alrededor de los turistas riéndose como locos.
Después salí por la Rue de Rivoli y caminé hasta la Place de la Concorde en donde tomé el Metro hasta el departamento.
En el camino entré a una panadería y compré un pain au chocolat, un canalé y un financier para compartir con mamá y papá que me esperaban en el departamento.
Mañana quiero ir al Parc de la Villete.

miércoles, 18 de julio de 2012

Martes 17 de julio 2012

Levantarse. Desayunar. Recriminaciones cotidianas.
Fuimos caminando a una zapatería especializada en zapatos cómodos y caros. Mamá se compró un par y encargó otro. Yo me compré (me compraron en realidad) un par de sandalias blancas. Después fuimos en Metro hasta St-Lazare que es una estación de trenes, para comprar pasajes a algún lado que yo no quiero ir. Había mucha cola y había que esperar, así que mientras tanto la llamé a María que me había dicho que ya que estaba cerca la llamara para ir a visitarla pero no me contestó ni al teléfono fijo ni al móvil.
Tuve tiempo de ir al baño (que costaba   0,50), después comí una ensaladita de frutas mientras mamá seguía haciendo la cola para sacar sus pasajes.
Por fin se compraron sus pasajes a Chartres y a Lisieux, uno para este jueves y el otro para el martes próximo pero no me acuerdo cuál es para cada día.
Íbamos saliendo de la estación cuando nos agarró la fiebre consumista, a mí en un local de Sephora y a ellos en uno de artículos para cocinar, también conocido como "bazar".
Salimos con tres bolsas y nos sentamos a comer en un lado que no me acuerdo el nombre. Después papá se volvió al departamento con todo lo adquirido y mamá y yo nos fuimos caminando hasta la iglesia de la Madeleine pasando previamente por un local en donde vendían zapatos baratísimos y por otro en donde vendían camisas muy lindas, y en los dos me tuve que comprar algo.
En la iglesia de la Madeleine hay un órgano de tubos construído por el mismo señor que construyó el de la iglesia de St-Sulpice, y en un folletito dice que ese órgano fue tocado por Saint-Saëns, Fauré y no me acuerdo quién más. También dice que en esta iglesia se hicieron los funerales de Chopin que fueron multitudinarios. al igual que en St-Sulpice, compré una postal con una imagen del órgano.
De la Madeleine salimos caminando por la Rue Royale hasta la Place de la Concorde y cruzamos el Pont de la Concorde. Seguimos caminando hasta la estación Solferino de Metro y nos volvimos al departamento.
Llegamos y papá dormía, así que hicimos una merienda silenciosa hasta que lo llamamos a los gritos, y cuando se levantó fuimos todos al Monoprix a comprar algo para tomar y volvimos con tres bolsas, ¡no, cuatro! llenas de quesos, bebidas y algo de fiambre y un pan.
Cenamos, y a dormir.
Mañana quiero ir al Musée d'Orsay.

Lunes 16 de julio 2012

La información del lunes es cortita porque me dio fiaca detallar.


Hoy paseamos por las Galerías Lafayette. La cantidad de zapatos que hay en el subsuelo es abrumadora, es imposible elegir así.
Compramos unos chocolates, subimos a la terraza con vista panorámica que estaba llena de gente durmiendo la siesta, sacamos unas fotitos desde ahí, comimos algo y salimos.
Paseamos por el barrio de la Ópera y caminamos y caminamos un montón, y compramos algunas cositas.
En Angelina compramos unos macarons y nos volvimos.

lunes, 16 de julio de 2012

Domingo 15 de julio 2012


Hoy aprendimos a usar el Metro que es básicamente como el subte de Buenos Aires con la única diferencia de que es eficiente, puntual, limpio, tiene catorce lineas que llegan a todos lados, se pueden sacar tickets con billetes o tarjetas de crédito en máquinas expendedoras en todas las estaciones, está bien señalizado y está lleno de franceses.
Salimos rumbo a Saint-Germain des Prés, paseamos por ahí, compré unos jaboncitos preciosos, ví muchas vidrieras de negocios cerrados… en medio del paseo empezó a llover y entramos a Danton a resguardarnos del agua y a comer algo, unos omelettes deliciosos y por supuesto un plato de quesos. Ahí en el toilette vimos unos volantes publicitando un espectáculo musical ese mismo día a las 19 y nos dieron ganas de ir. Después de comer fuimos a los jardines de Luxemburgo pero cuando estábamos justo en el medio empezó a llover otra vez y nos mojamos bien mojados, asi que salimos corriendo buscando refugio pero claro, cuando salimos paró de llover, asi que seguimos paseando por ahí medio mojados, y entramos a St-Sulpice  que tiene varios atractivos, para mi el mayor de todos es el impresionante órgano de tubos que si les interesa una imagen la pueden ver acá. Volvimos al hotel en taxi, papá se acostó a descansar, mamá no me acuerdo qué hizo, yo me cambié y salimos otra vez con mamá. La acompañé a Saint-Germain des Prés otra vez, a la misa de las 17hs. que era en español. La participación de la gente en la misa es discreta: dicen las respuestas bien rapidito y casi en secreto. Después fuimos caminando al teatro, llegamos quince minutos antes de que empezara la función y aprovechamos para sacar las entradas, mirar unos libros que había ahí a la venta y chusmear un poco el lugar. El teatro es muy lindo, entran como cien personas sentadas, el escenario es grande y se ve y se escucha muy bien de todos lados.
Nos gustó mucho el show, tanto que a la salida me compré el CD con parte de las canciones. Les dejo un videíto pero sepan que el guitarrista que estaba no era el mismo, a menos que haya adelgazado y se haya cortado el pelo y ahora no use anteojos.
En el camino de vuelta compramos algo para comer y cenamos con papá: ensalada y por supuesto quesos.

domingo, 15 de julio de 2012

Sábado 14 de julio 2012

¡Y llegamos a París! Después de nosecuántas horas de avión (horas eternas en las que uno se siente como en el cuento de la bella durmiente, entre el aburrimiento, el ruido constante, el bebé que llora, los adolescentes que se ríen a carcajadas y el sopor producido por el aire acondicionado) y una escala en Madrid.
Viajar un viernes 13 y que te toque la fila 17 no es de muy buen augurio pero esperemos que esta vez la yeta y la desgracia se neutralicen una a la otra.
París está nublado pero cada tanto sale el sol y nos saluda. A las 11 llegamos y dejamos las valijas en la bagaggerie porque el departamento no estaba listo hasta las 15 hs. Fuimos caminando hasta la Tour Eiffel que estaba llena de gente por todos lados, comimos un menú turístico y nos subimos a uno de esos barquitos que hacen un tour de una hora por el Sena y te van contando en tres idiomas lo que ves a la derecha y a la izquierda. Pero a mí me gustaban más los puentes que las orillas.
Y al final se hicieron las 15 y pudimos entrar al departamento… ah, no, no pudimos porque las llaves (las tarjetas magnéticas) que nos dieron no funcionaban, asi que fuimos a cambiarlas… tres veces fuimos a cambiarlas hasta que se dieron cuenta de que el problema no estaba en las llaves sino en la puerta, entonces estamos sin llaves y tenemos que pedirle a alguien del “front desk” que nos acompañe para abrirnos cada vez que entramos.
El departamento está en el piso 25 y tiene un ventanal hermoso desde donde se ve gran parte de Paris: la torre por supuesto, el Sena, y muchos otros edificios y casitas. A dos cuadras hay un mercadito y fui a comprar café, leche y algunas cositas más pero creo que me estafaron por no contar bien el vuelto y no pedir la factura.
A la tarde me dormí un rato y me desperté con un festival de frutas adquiridas por mamá y papá en una frutería acá a la vuelta; las cerezas gigantes y muy dulces, las frutillas rojísimas, los damascos jugosos, las uvas… ¡todo riquísimo! Esta noche esperamos disfrutar de los fuegos artificiales festejando el 14 de julio.
A las 23 empezó el show, y me di cuenta de que hasta los fuegos de artificio pueden cansar: 30 minutos de lucecitas y BOOMS son demasiado para cualquiera. La cantidad de pólvora fue impresionante y cuando terminó de explotar todo quedó una nube de humo flotando sobre la ciudad.
Me voy a dormir mirando la Tour Eiffel desde la cama.
Para mañana: St. Germain des Pres y después vemos.

domingo, 25 de marzo de 2012

Queridos lectores: el 1 de abril festejaré mi cumpleaños, como todos los años, con una gran suelta de sapos en la escalinata de la facultad de derecho. Los espero a las 16:38. El evento durará bastante, ya que este año no pudimos entrenar a los sapos por recorte presupuestario, y como les gustan las escaleras es probable que se queden un buen rato.
R.S.V.P.

sábado, 7 de mayo de 2011

Conversación en el baño del bar, mientras mi amiga y yo hacíamos pis:

-¡Cuánto líquido que tomé!
-Y, esto de tener un cuerpo humano...

miércoles, 4 de mayo de 2011

¿Por qué estoy tan triste, teniéndolo todo?



¿Por qué estoy tan triste teniéndolo todo?
Vivo sin mañana sangrando palabras,
ya no se quién soy ni adónde voy.

¿Por qué estoy tan triste teniéndolo todo?
Yo no se por qué he nacido así,
soy una infección de contradicción.

Y no tengo alergia a la alegría,
sólo tengo alergia a la hipocresía,
no tengo alergia a la alegría
y hoy no armonizo con la ironía.

¿Por qué estoy tan triste teniéndolo todo?
¿Dónde están los ciervos y las mariposas?
¿Dónde está el candor, dónde está el amor?

¿Por qué estoy tan triste teniéndolo todo?
Ya no quedan dioses en mi colección,
otra tentación en mi contrición.

Y no tengo alergia a la alegría,
todo el mundo hoy se cree policía.
No, no tengo alergia a la alegría,
soy el vertedero de la poesía.

¿Por qué estoy tan triste teniéndolo todo?

domingo, 19 de diciembre de 2010

A veces yo también quiero ser feliz. Cierro fuerte los ojos, pero fuerte, y empiezan a aparecer los puntitos luminosos que vienen desde el infinito. Se acercan y cuando están a punto de tocarme me esquivan y se van. Si me concentro lo suficiente en alguno lo puedo retener un poco; lo persigo sin mirarlo directamente, con disimulo, para que no huya. Cada puntito luminoso tiene un nombre aunque varios se llaman Nomeacuerdo.
El oculista dice que veo los puntitos esos por la presión ocular y que no tengo que preocuparme pero yo creo que él no ve bien las realidades.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuando llamo al 113 y me dicen la hora, por ejemplo: "BIP 21 horas 34 minutos 10 segundos BIP", esa hora ¿a qué bip corresponde, al anterior o al posterior? 
¿Alguien sabe?

sábado, 14 de agosto de 2010

Estaba yendo en el subte a una exposición de Lucio en el Fondo Nacional de las Artes. En alguna estación subió un adulto joven y se sentó enfrente de mi. Sus zapatillas eran de todos colores, y le dije "Me gustan tus zapatillas", y me dijo "Gracias, las pinté yo", y hablamos un poco de las zapatillas pero no era una conversación que pudiera ir muy lejos. En la estación Florida me bajo y él baja conmigo y me dice "Yo pensé que ibas al Fondo Nacional de las Artes".  Yo le dije "Sí, ¿cómo sabías?" y no me acuerdo qué me contestó. Después me dijo que se llamaba Darío y me dio su tarjeta. La exposición en la que participa Lucio se llama Pentagrama y la pueden ver hasta el seis de septiembre.
Hablando de subte, hace unos años Iván hizo el mapa de los subterráneos de Buenos Aires pero con los nombres de las estaciones anagramados. Yo aporté "Elude un viejo" por "9 de julio".

domingo, 25 de julio de 2010

El jueves 22 de julio fui por segunda vez a ver a Los Campos Magnéticos (tercera en realidad, pero la primera vez fue en el festival Emergente, en el CC Recoleta, y llegué infinitamente tarde... ni siquiera pude entrar y sólo escuché desde afuera de la sala los dos últimos temas). 
Sus versiones de las canciones de Magnetic Fields son preciosas. Preciosas porque son lindas, valiosas, delicadas, fieles a las originales pero con personalidad propia y con la impronta de Alvy, Nacho y Rubin.
Esta vez tocaron en La Castorera, había que reservar entrada por mail y fue bastante problemático ingresar.  Me encontré ahí en la puerta con mi amigo Ignacio y un amigo de él que resulta que no estaba en la lista y no lo dejaban pasar, entonces se fueron los dos y yo me quedé otra vez sola.
No me disgusta quedarme sola escuchando a Los campos magnéticos, total la música llena todo.
Cuando fui a verlos al Teatro Garrik me senté en una mesita pero otras personas dificultaban mi visión así que resolví sentarme en el piso, pegada al escenario. Esta vez tuve que hacer lo mismo pero porque no había más sillas. 
Me gusta mirar bien todo para después acordármelo, y ahora que les quiero contar, vienen a mi memoria detalles sin importancia como por ejemplo que Alvy tenía desatado el cordón de la zapatilla izquierda cuando subió al escenario.
Quisiera hacer una especie de crónica, contando los temas que hicieron y todo eso, pero la verdad es que me dejé llevar por la música y no puedo racionalizar la experiencia, perdón. Si quieren saber más van a tener que ir... el martes 27 de julio tocan otra vez en La Castorera, los espero ahí a todos.

Les dejo acá la publicidad abreviada:

Alvy, Nacho y Rubin interpretan a "Los Campos Magnéticos" este MARTES 27!!!
La Castorera - Av. Córdoba 6237 - 21. 30 hs
CAPACIDAD: 150 PERSONAS - ASISTIR TEMPRANO PARA PODER INGRESAR
Entrada $20