Hoy aprendimos a usar el Metro que es básicamente como el subte de Buenos Aires con la única diferencia de que es eficiente, puntual, limpio, tiene catorce lineas que llegan a todos lados, se pueden sacar tickets con billetes o tarjetas de crédito en máquinas expendedoras en todas las estaciones, está bien señalizado y está lleno de franceses.
Salimos rumbo a Saint-Germain des Prés, paseamos por ahí, compré unos
jaboncitos preciosos, ví muchas vidrieras de negocios cerrados… en medio del
paseo empezó a llover y entramos a Danton a resguardarnos del agua y a comer
algo, unos omelettes deliciosos y por supuesto un plato de quesos. Ahí en el
toilette vimos unos volantes publicitando un espectáculo musical ese mismo día a las 19 y nos dieron ganas de ir. Después de comer fuimos a los jardines de
Luxemburgo pero cuando estábamos justo en el medio empezó a llover otra vez y
nos mojamos bien mojados, asi que salimos corriendo buscando refugio pero claro, cuando salimos paró de llover, asi que seguimos paseando por ahí medio mojados, y entramos a St-Sulpice que tiene varios atractivos, para mi el mayor de todos es el impresionante órgano de tubos que si les interesa una imagen la pueden ver acá. Volvimos al hotel en taxi, papá se acostó a
descansar, mamá no me acuerdo qué hizo, yo me cambié y salimos otra vez con
mamá. La acompañé a Saint-Germain des Prés otra vez, a la misa de las 17hs.
que era en español. La participación de la gente en la misa es discreta: dicen
las respuestas bien rapidito y casi en secreto. Después fuimos caminando al
teatro, llegamos quince minutos antes de que empezara la función y aprovechamos para
sacar las entradas, mirar unos libros que había ahí a la venta y chusmear un
poco el lugar. El teatro es muy lindo, entran como cien personas sentadas, el
escenario es grande y se ve y se escucha muy bien de todos lados.
Nos gustó mucho el show, tanto que a la salida me compré el CD con parte de las
canciones. Les dejo un videíto pero sepan que el guitarrista que estaba no era el mismo, a menos que haya
adelgazado y se haya cortado el pelo y ahora no use anteojos.
En el camino de vuelta compramos algo para comer y cenamos
con papá: ensalada y por supuesto quesos.
1 comentario:
El espectáculo me gustó mucho. Tocaron y cantaron temas conocidos durante mi niñez y juventud, los escuchaba por la radio, le gustaban a mi mamá y a mi abuela y creo que de ahí me empezó a gustar el francés. Claro, también de las revistas que recibía mi abuela... es decir que con esos recuerdos y escuchando "Les feuilles mortes" junto a mi hija, me emocioné hasta las lágrimas.
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