lunes, 7 de enero de 2013

Domingo 6 de enero de 2013

Anoche no pude dormir nada. A las 7:40 me llamó mamá y todavía no había dormido nada. Al final como a las 8 me habré dormido, hasta las 10:10 que me desperté, me vestí y fui a desayunar a las 10:30. el desayuno se sirve hasta las 11 así que estaba lleno lleno de gente, todos como desesperados abalanzándose sobre los huevos revueltos, los panes, los jugos y etc. Yo me serví mi cafecito con leche, mis fetitas de jamón y queso y un platito de frutas y medio yogur.
A las 11 fui a mi habitación a buscar el libro que estoy leyendo: Baila, baila, baila, de Haruki Murakami, que se lo regaló el tío Paco a Nati para navidad y me lo prestó porque yo me olvidé el que me regaló a mi. Me fui al lobby del hotel a leer y a esperar a mamá y papá que fueron a misa. Mientras leo y espero, cada tanto miro cómo llueve.
Llegaron antes de las doce y después de un breve encuentro organizativo salimos rumbo a Niebla.Como su nombre lo indica estaba lleno de niebla, además llovía mucho y había viento. Una lástima porque no pudimos visitar el fuerte que visitamos cada vez que vamos.Ahí en el fuerte hay unos cañones que aparentemente nunca se usaron. La primera vez que fuimos a Niebla, hace veinte años, un guía nos guió por ahí y nos contó toda la historia que yo ahora no me acuerdo, pero sí me acuerdo que dijo eso de los cañones que nunca se usaron, y que por eso cuando alguien es medio inútil le dicen que es como cañón de Niebla.
Seguimos un poco por ese camino hasta que dimos la vuelta.
Antes de entrar en Valdivia, sobre la ruta, está la cervecería Kunstmann que tiene un restaurante y una tienda en donde venden cervezas, vasos, remeras y demás cosa cerveceriles. Paramos ahí a almorzar y adquirí una remera para mí que dice "Kunstmann".
Volvimos al hotel pero antes dimos unas vueltas en el auto bajo la lluvia valdiviana.
Después fuimos al supermercado Unimarc a comprar todas cosas que en Buenos Aires no se consiguen y era menester comprarlas aquí, como ser arroz, galletitas, pañuelitos...
Volvimos al hotel y merendamos en la habitación de ellos, vimos algo de tele... Valdivia es una ciudad un poco aburrida cuando llueve.
Más tarde armé mi valija porque mañana nos vamos a Puerto Montt.

2 comentarios:

bb dijo...

Casua/causalidad, mi padre me regaló en navidad ese libro de Murakami (Baila, baila, baila) pero todavía no lo empecé.
De todas formas, no puedo leer estas crónicas de Chile sin recordar el libro "Inés del alma mía" de Isabel Allende, escritora que no me gusta para nada, pero a la que le reconozco la maestría absoluta en esa novela. Si aún no la leíste, es el momento, definitivamente ;-)

Rocío dijo...

Lo que pasa es que quiero saber cómo sigue la novela de Murakami, si empiezo a leer otra cosa me voy a atrasar.