lunes, 14 de enero de 2013

Sábado 12 de enero de 2013

Nos levantamos y desayunamos acá en el Kilton Hotel. Papá dice que seguro en algún lado está el Cheraton. Antes de irnos reservamos dos habitaciones para el martes, miércoles y jueves de la semana que viene.
Salimos para el Bolsón. En el camino vimos muchos autos y también camiones y micros.
Cuando llegamos al Bolsón preguntamos en el puesto de inforamción turística si había alguna cabaña para quedarnos desde hoy hasta el martes pero resulta que como somos espontáneos y venimos así sin reservar nos quedamos sin cabaña porque están todas ocupadas. Entonces preguntamos si no había algún apart hotel y resultó que tampoco. Entonces fuimos por nuestra cuenta al Comarca Hotel y ahí quedaban dos habitaciones que se comunican entre sí y ahí nos quedamos, en las habitaciones 209 y 210. Nos acomodamos un poco y fuimos caminando a la feria artesanal. En el camino entré a una farmacia a pesarme pero debe andar mal la balanza porque el día antes de viajar (hace diez días) pesaba 64,5 kg sin ropa y y ahí en esa balanza y vestida pesaba 60,2 kg. Mamá y papá dicen que es porque como muy poco y me la paso tomando agua.
En la feria hay más o menos lo mismo de siempre. Los alfajores de El Bolsonero que son los más ricos del mundo, salen $7 y $8 los chicos y los grandes respectivamente y las docenas $75 y $85. Están los tejedores, los que hacen cositas de madera, los que venden comida (está el señor que vende empanadas armenias, comí una de carne y una verdura), está Juan Carlos el amig que se hicieron ellos cuando vivían acá y que hace y vende cosas de cuero, está la esposa de Fabrice Nicolin que es el señor que le enseñó a papá a hacer vitrales, está la señora que hace jabones, los que venden títeres y muñecos tallados en goma espuma, los que hacen instrumentos musicales, los de ropa, los de anillos y pulseritas, y también están todos los demás. Como siempre en esta época estaba lleno de gente y apenas se podía caminar.
Salimos de la feria y nos sentamos a tomar algo en la panadería-confitería La Nona. Yo aproveché que me dijeron que como poco y pedí un licuado de banana con leche, un sandwich de jamón crudo y queso y después un cortado con una porción de torta que compartimos entre los tres y que se parece eal lemon pie pero no es.
Volviendo al hotel entramos en la iglesia y papá me mostró el vitral que hizo él y que pusieron ahí y que dice "Donde haya odio que yo dé amor" y "Paz y bien" y tiene pintado a San Francisco que es el auto de esas frases y creo que así se llama la iglesia.
Al costado de la iglesia hay un cartel que dice LIBRERÍA pero estaba cerrada y una señora se quejó y dijo que dios no se tomaba vacaciones, que debería estar abierto. Yo casi le digo que dios no atiende en la librería sino al lado, en la iglesia.
Después pasamos por La Anónima que es un supermercado y compramos agua y dos artículos de higiene personal, y volvimos al hotel al rayo del sol. Yo no traje ni protector solar ni sombrero, espero no insolarme. Mientras paseábamos y todo eso que conté, mamá hizo una cita para hoy a las 19 en la casa de unos ex vecinos de ellos, Miguel y Ana.
En el hotel mamá y yo tomamos mate en mi habitación y me comí una manzana verde que me había robado en el desayuno, mientras papá dormía y después se despertó y empezó a hacer ruidos raros y a hablar solo para llamar nuestra atención pero mamá y yo nos reíamos de lo que decía y no le hicimos caso.
Cuando papá por fin se dignó a dar por terminada su siesta salimos rumbo a lo de Miguel y Ana pero antes pasamos por lo de Guajardo que es un supermercado y carnicería y fiambrería, y compramos algo de jamón y queso y esas cosas para llevar. Resulta que nos atendió la empleada más nueva que creo que había empezado a trabajar hacía cinco o diez minutos. No encontraba los precios de las cosas, no sabía cortar un pedazo de queso, los demás no la ayudaban y ella daba vueltas con el fiambre en la mano con cara de "¿y ahora qué hago?". Al final pudimos irnos y llegamos a eso de las ocho creo o más tarde o era más temprano, no sé, no me acuerdo. Pasamos una agradable velada y nos enteramos de las últimas novedades y de algunas antigüedades.
Volvimos al hotel y con mamá fuimos a tomar otro café (ya habíamos tomado uno muy rico, a la turca, hecho por Ana) en Jauja pero papá no quiso venir porque dijo que había tomado mucho vino en la cena y se acostó.

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